Adlant es el ejemplo de franquicia anticrisis

La franquicia Adlant demuestra que en estos tiempos de inestabilidad económica es posible empezar un negocio que alcance el éxito. El secreto es que para abrir una franquicia Adlant no se necesitan grandes inversiones, ya que no es necesario poseer o alquilar un local.

Además, la inversión inicial contempla todos los costes necesarios para la puesta en marcha del negocio como son la rotulación de la furgoneta, la ropa laboral, el pack informático con el software de gestión y un ordenador portátil o tarjetas de visita y catálogo de presentación, entre otras.

Además la central se hace cargo de la formación de los asociados para que obtengan todo el éxito posible. Esta formación se desarrolla en tres fases. La primera se basa en los sistemas de funcionamiento de la franquicia y de la gestión del negocio. La segunda parte se centra en el programa de gestión y la tercera es la puesta en marcha de la teoría aprendida junto con otro asociado Adlant para que pueda observar, ver y comprender el funcionamiento de las tareas diarias que a partir de ese momento desarrollará él mismo.


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