Análisis del impacto del marketing olfativo

Ya casi todo el mundo ha oído hablar alguna vez de marketing olfativo, hemos dejado de hablar de un término que solo conocían los profesionales del marketing de grandes compañías para hablar de un asunto que interesa a toda  persona que está al frente de un negocio y quiere que éste prospere.

Hemos hablado multitud de ocasiones sobre el impacto que un aroma agradable ocasiona en el estado de ánimo de las personas y de cómo éste influye, muy positivamente, en las compras y en los tiempos de permanencia en establecimientos comerciales.

También hemos hablado de los odotipos, marcas olfativas, que gracias a la capacidad de recuerdo de aromas que tienen nuestro cerebro, son mucho más efectivos que cualquier otra herramienta de marketing, ya que si asociamos un aroma a un recuerdo este no se borrará nunca de nuestra memoria.

Tampoco sonará nuevo si mencionamos que los aromas reproductivos permiten, precisamente gracias a nuestra memoria, generar acciones de compra impulsivas. Cuando va por esa calle de su ciudad y de repente tiene la necesidad de comprar algún bollo de horno tras oler ese aroma inconfundible que sale de una panadería.

Todos estos efectos, los conocemos y no dudamos de ello dado que todos están amparados en estudios científicos reconocidos y que fácilmente podemos encontrar en internet. Pero ¿Cómo saber el impacto directo que tiene el aroma sobre sus ventas?

Podemos medir el tiempo que pasan los clientes en un establecimiento con aroma y en el mismo establecimiento sin el aroma.

Podemos ver si con el uso del aroma el ticket de venta medio se incrementa respecto de cuando no lo utilizábamos.

Claramente, podemos ver si aromatizando con un olor reproductivo conseguimos incrementar las ventas del producto cuyo aroma estamos reproduciendo.

Y por supuesto podemos preparar encuestas para que sus clientes digan si han percibido el aroma y si este les resulta agradable, excitante, placentero o desagradable. Sin embargo, un cliente rara vez reconocerá que su decisión de compra no ha sido racional y que se ha dejado llevar por las emociones. Cuando realmente, sabemos también por estudios científicos que, el 95 % de las cosas que compramos lo hacemos de forma impulsiva y que es nuestra mente la que se encarga de buscar argumentos racionales a ese impulso que justifiquen ese deseo de compra que no hemos podio controlar.

Nunca es fácil medir el impacto que una acción de marketing tiene sobre el resultado, pero si lo hace, se dará cuenta de que la decisión de invertir en Marketing Olfativo, es una de las decisiones de inversión más rentables de su negocio.

 

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