Entrevistas De Franquicias

Franquicias Crepería La Boheme. Entrevistamos a su Fundador, Thierry Carayol

Thierry Carayol
Fundador
Franquicia
Crepería La Boheme
11 marzo, 2011
Hostelería


- ¿De dónde viene Thierry lilian Claude Carayol?

De muy lejos. Nací en Normandía el 6 de marzo de 1969, en la Ciudad de Cherbourgo, la zona de desembarco de la 2ª Guerra Mundial. Allí, todo es muy verde y hay más de 20 km de playa que casi no se pisa, pues no va mucha gente debido al frío y a las lluvias.

- ¿Por qué elegiste España y, más concretamente, la isla de Tenerife para afincarte?

Llegué a Tenerife por una casualidad de la vida, como suelen ocurrir las mejores cosas. En 1996, vi en un periódico que se traspasaba un local en El Medano, al sur de la isla, y me picó la curiosidad, así que fui a verlo. La verdad es que me gustó mucho el sitio, la gente, el clima… Y decidí que era un buen lugar para comenzar de cero… ¡Y tan de cero! Pues al principio me costó un poquito, ya que ¡no hablaba ni una palabra de castellano! (Sonríe.)

- ¿De dónde surge la idea de hacer crepes?

Surgió porque desde que era pequeño he comido crepes en casa, pues es una de las comidas típicas de mi tierra natal. Y me pareció una buena idea dar a conocer a la gente de Tenerife este producto. Y como encima no tenía competencia alguna, me lancé de cabeza y casi sin pensar. Cosa de la que, a día de hoy, no me arrepiento en absoluto.

Los comienzos, como todo, fueron duros, ya que yo no hablaba el idioma y la gente no sabía lo que eran las crepes. Pero poco a poco se fue corriendo la voz y ahora las crepes de La Boheme son las más famosas en la isla de Tenerife.

- Además de las crepes, ¿qué otros productos ofrece tu lugar de origen?

Nuestro producto típico por excelencia es el queso. En Francia, tenemos un queso diferente para cada día del año. En Normandía, la comida típica es la crepe, acompañada de sidra, por supuesto, que es la bebida típica de la región. También son muy característicos de allí el pescado y el marisco fresco, ya que estamos muy cerca del mar.

- ¿Cuál había sido tu trayectoria profesional antes de decidir abrir la primera crepería La Boheme?

Estudié electrónica y terminé como ingeniero en robotización y automoción. Viajaba por toda Europa, poniendo sistemas nuevos o renovando los ya existentes. Pero me cansé de estar solo con las máquinas la mayor parte del tiempo. Yo había nacido para estar con gente, sentir el calor humano y relacionarme con el público.

- ¿Se puede decir que la crepería es una de las mejores cosas que te han pasado en la vida?

Sí, la verdad es que sí. Cuando tomé la decisión, sabía que iba a comenzar una nueva aventura en mi vida, que presentía muy satisfactoria. Y así ha sido. Vine en coche hasta Cádiz, donde cogí el barco para la isla. ¡Atravesé Francia y España de cabo a rabo en coche, para abrir una crepería! Había momentos en el viaje que no podía creer lo que estaba haciendo… Fue una experiencia extraordinaria y dura, a la vez. Pues abrir un negocio nuevo lejos de mi tierra y sin ningún amigo o familiar que me echara una mano o que, simplemente, me diera conversación, hizo que hubiera días más difíciles que otros.

Además, no tenía dinero. El dueño del local me dejó pagar el traspaso en un año. Pero si no se lo pagaba íntegro antes de que finalizara, recuperaba el local y yo perdía mucho… Todo esto, me hizo mucho más fuerte.

- ¿Qué pueden encontrar los clientes en una crepería La Boheme?

En La Boheme, la clientela disfruta de un lugar donde lo que prima es la comida sana y una atención excepcional por parte de los trabajadores. La comida se hace delante del cliente, quien puede ver a cada momento cómo se cocina lo que él ha pedido. Siempre son productos sanos, equilibrados y cocinados de la manera más ligera posible.

Los locales conforman un entorno encantador, donde los colores y la luz relajan al consumidor, haciéndole pasar un rato muy agradable.
Además, tenemos una carta muy extensa de crepes y ensaladas, que llevan los nombres de islas y pueblos de las Islas Canarias. Esta idea me pareció muy exótica y diferente, y la verdad es que ha tenido una gran aceptación entre el público.

El que ha venido una vez, siempre repite. (Dice muy orgulloso de su logro).

- ¿Cuántos son los locales que existen en la actualidad?

En la actualidad, La Boheme tiene 4 locales propios situados en Tenerife, El Medano, Santa Cruz Candelaria y, el último, en La Laguna, que abrió sus puertas el pasado mes de abril.

- Ahora has decidido que es el momento de dar una oportunidad a los emprendedores para montar su propio negocio con una crepería La Boheme, ¿qué es lo que La Boheme ofrece a un franquiciado?

Creemos, desde la crepería La Boheme, que ya es hora de dar una oportunidad a los emprendedores con ganas de morder la vida. Ofrecemos un negocio innovador, que muchas ciudades y pueblos de España no conocen todavía. Un negocio sin competencia, con un mínimo coste de inversión, que el franquiciado recupera en los primeros 20 meses. Un negocio redondo como las crepes de La Boheme, donde los beneficios permiten al franquiciado vivir con tranquilidad. Cosa más que importante para los tiempos que corren.

Espero que cada franquiciado encuentre un bienestar y un trabajo que le permita mantener un equilibrio con su vida privada. Yo animo de corazón a los emprendedores a conocer nuestro negocio, porque seguro que les gusta.

- Para finalizar, Thierry, en estas fechas tan señaladas, ¿qué le pides al 2011?

Mi principal deseo, en cuanto al negocio se refiere, es poder ampliar la red de las creperías, con los mejores colaboradores, para que las crepes de La Boheme puedan conquistar y enamorar al mercado español.

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