La Botica de los Perfumes: Cuando el perfume para el hombre define su personalidad
- Los hombres son más fieles a su perfume que las mujeres, sólo uno de cada tres cambia de fragancia cuando se termina la que usa habitualmente.
- La preferencia más común tiende a fragancias amaderadas y de carácter intenso.
Además de la moda en el vestir existe otra moda, la olfativa, que también da pistas de la personalidad de cada uno de nosotros.
La franquicia de perfumes La Botica de los Perfumes, especialistas dentro del sector de la perfumería, indica que por norma general los hombres son más fieles a su perfume que las mujeres ya que sólo uno de cada tres cambia de fragancia cuando se termina la que usa habitualmente.
De forma general, los hombres se sienten en general más cómodos con fragancias amaderadas y de carácter intenso. Aunque es cierto que cada vez se arriesgan con aromas más atrevidos y notas mucho más exóticas, especiadas y diferentes.
Para poder definir al hombre por su aroma se han establecido varios segmentos de personalidad y las notas que los acompañan:
Un hombre aventurero, atrevido y vital. Muy apegado a las fragancias frescas con toques de madera.
El hombre joven, de espíritu alegre, deportista y muy motivado por conseguir sus objetivos suele recurrir a mezclas frutales, cítricas o acuáticas, en definitiva, perfumes de notas mediterráneas que se caracterizan por su ligereza.
Antes del siguiente bloque, tenemos que definir por su olor al hombre urbano. Para el hombre de presente y futuro que lucha por triunfar. Las notas de especias, la bergamota o el romero son algunas de las que lo visten.
También están los hombres sofisticados. Hombres misteriosos, exóticos y apegados a la moda. Hombres que necesitan que su perfume contenga maderas de oriente, especias y notas que dejen su impronta y que sea diferenciador. Elegantes, refinados. Se gustan y quieren gustar.
El hombre clásico, al que los aromas tradicionales como el vetiver y la madera con ciertos toques de tabaco les resultan imprescindibles. Fragancias atemporales y que gustan del lujo, con toques de almizcle para una mayor profundidad a la hora de inspirarlas.