Abat presenta su moto eléctrica Abat Fire 800W

Automóviles
07 diciembre, 2012

A la hora de analizar una moto eléctrica uno tiene que cambiarse el chip, y nunca mejor dicho. Estamos ante una nueva época en materia de comunicaciones mediáticas, informáticas o de transporte.

En esta última categoría mencionada encuadramos a los coches y a las motos eléctricas y dentro del subgrupo de estas últimas hablamos de una alternativa limpia, práctica y económica.

Hoy sacamos a colación la más modesta del fabricante Abat, la Fire 800W, con una potencia máxima de 1600W y batería de litio extraible, equivalente a una 49cc. y que pesa 76 kgs.

Cuesta tan sólo 1.474 euros + IVA.

Antes de entrar en el producto haremos una mención del fabricante. Abat es una firma estadounidense con instalaciones en China y que ha elegido Alicante como centro neurálgico de sus operaciones de distribución de su gama de productos que incluye tanto motos como bicicletas para toda España y Europa. De hecho, muy pronto tienen que decidir en que comunidad autónoma se instala la futura factoría de la la empresa desde la que dar servicio a todo el viejo continente habida cuenta los altos costes que supone el transporte de productos y materiales que en la actualidad vienen del gigante asiático. Varias regiones españoles han mostrado hasta la fecha el máximo interés en acoger la citada fábrica de modelos y componentes.

Vayamos ya con el producto. Estamos ante un planteamiento diferente, novedoso y diríamos que divertido por lo atípico e inusual. Francamente, lo más parecido son los coches o motos de juguete y de eso hace tiempo que no probamos… Antes de coger la moto nos explican medio docena de cuestiones, no hacen falta más, para saber el funcionamiento del vehículo. Llave de contacto hacia la izquierda, apagada y si se quiere (recomendable) bloqueada y hacia la derecha lista para rodar. ¡¡Ojo!!, por seguridad, la moto no funcionará si no retiramos totalmente la pata de apoyo hacia su interior. Lo decimos para que otros no paguen la novatada que sufrimos nosotros por desconocimiento el segundo día de prueba....

Los intermitentes funcionan igual que una scooter normal, así como las luces, la bocina o la apertura y cierre del asiento en cuyo interior, por cierto, cabe el pitón, la documentación y alguna compra modesta porque hay que tener en cuenta que allí se encuentra alojada la batería, bastante grande y pesada, por cierto, que es el corazón del vehículo. Nos advierten que la autonomía está en el entorno de los 90 kilómetros y la velocidad máxima poco más de 50 kms/h en condiciones favorables.

Su diseño, innovador, nos parece muy logrado y vemos cierta inspiración con respecto a algún scooter europeo. Hablamos de un producto con estética moderna, dentro de una linea deportiva en la que destaca sobremanera la potente óptica de doble faro. Lleva frenos de disco-tambor, amortiguadores de aceite-gas y llantas de aluminio. Tiene dos años de garantía. El cargador es de 220V.

Manos a la obra. Salimos de las instalaciones de Abat en Aguamarga en dirección a Alicante. Lo primero que llama la atención es el silencio. Sólo se escucha la rodadura de los neumáticos. Si circulamos con ella por vías rápidas o interurbanas sus 50 kms/h de punta se nos antojan insuficientes y delicados si tenemos en cuenta el nulo respeto que los automovilistas alicantinos tienen hacia motos y bicicletas; nulo respecto que, por cierto, también es compartido muchas veces por estas frente a aquellos. Es lo que hay.

Donde se disfruta, y mucho, de la Abat Fire es en el casco urbano puro y duro; en el tráfico congestionado del centro de la ciudad. Allí donde otros se enfadan, se calientan los vehículos, contaminan lo suyo y consumen lo que no está escrito en los libros de texto, nuestra protagonista deambula a su aire como quien no quiere la cosa con una agilidad y destreza sin igual. Ese es el gran activo de esta modesta moto eléctrica. Eso si, no le pidamos imposibles. En llano estamos ante su terreno natural; pero si la orografía es adversa y la cuesta se empina sufre, porque no es un vehículo que se suba por las paredes precisamente y su potencial es exiguo. Para eso hay otras, y dentro de la familia Abat, que probaremos al completo por deferencia del fabricante.

Dependiendo del uso que se dé al vehículo habrá que recargarla con mayor o menor regularidad. En nuestro caso, y tras una cesión de fin de semana, la recargábamos cada noche.

En resumen, una experiencia muy positiva por lo que tiene el producto de práctico, económico y ecológico. No hay que echar gasolina, ni hacer cambios de aceite ni realizar el manteniento de un ciclomotor digamos convencional. Por el contrario, no tendremos el “nervio” ni la respuesta de la gasolina. Tiene sus pros y sus contras pero nuestro balance, insistimos, es altamente positivo. Y una última cuestión, la tecnología de los vehículos eléctricos va tan deprisa que lo que hoy son inconvenientes mañana serán asuntos superados y olvidados. Con decir que Abat está pensando en montar una copa monomarca de motos eléctricas de competición....

Recordemos su precio, muy competitivo, 1.474 euros + IVA.

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