La Fundación Afflelou con el desierto de los niños

26 marzo, 2012

• La caravana, encabezada por los Hyundai 4x4 de la organización, se compone de 40 vehículos y 130 personas, de los cuales 40 son niños.

• Inauguración de las placas solares instaladas en Ouzina.

• Programa "Con muy poco puedes dar mucho”, con el que niños de cuatro colegios españoles donan material para las escuelas del sur de Marruecos.

• Reparto de 6 palés de material escolar, ropa y juguetes en escuelas y asociaciones de la zona.

• La Fundación Alain Afflelou desplaza cinco ópticos que revisarán la vista a los niños del desierto.

• El camión fletado por Aquarius es el encargado de transportar todo el material, además de los aparatos necesarios para que los ópticos puedan fabricar gafas en el desierto.

El Desierto de los Niños, fiel a sus fechas de Semana Santa, inicia el próximo 30 de marzo su periplo por Marruecos, en un recorrido de 3.000 kilómetros por el país africano que finaliza el 7 de abril. Un trayecto que arranca desde Tánger para dirigirse hacia la zona de Merzouga.

Como en años anteriores, la caravana de El desierto de los Niños irá encabezada por los 7 Hyundai 4x4 que la marca cede a la organización para el evento. Un año más estará presente toda la gama del fabricante coreano: iX35, Santa Fe e iX55, vehículos que ya han demostrado sus excelentes cualidades para superar las pistas y las dunas de los lugares por los que pasa la expedición.

El Desierto de los Niños es una gran aventura para los más pequeños de la casa, que viajan a un país con una cultura y unas costumbres diferentes, en el que pueden convivir con los niños de las escuelas que visita el viaje. Conocer las dunas es uno de los grandes alicientes para los chavales, que por unos días se olvidan de sus consolas para disfrutar de la magia del desierto.

Luz para Ouzina
Si en 2011 El Desierto de los Niños repartía 10.000 chalecos reflectantes en la zona de Erfoud, este año la “actividad estrella” del viaje será la inauguración de las placas solares que se han instalado en la población de Ouzina.

Hace tres años, El Desierto de los Niños pasó por Ouzina para visitar su escuela y dejar material escolar, material entre el que se encontraban dos ordenadores. El maestro de la escuela agradeció la donación, pero hizo saber a los organizadores que esos ordenadores nunca se podrían usar, ya que la pequeña población de Ouzina, situada en medio del desierto, no disponía de luz eléctrica.

Se pensó entonces en la manera de hacer funcionar esos ordenadores, barajándose varias posibilidades, como la instalación de generadores eléctricos, algo que se desestimó porque generaría un gasto constante para su utilización. Fue así cuando se pensó en utilizar una energía que sobra en el desierto y, por lo tanto, no se va a gastar nunca: la luz del sol. Ahora, y gracias a la Asociación Desierto Niños, esos ordenadores se podrán utilizar, ya que se han instalado placas solares tanto en la escuela, como en la casa del profesor y en la asociación local que recopila toda la ayuda que llega a Ouzina. La idea inicial era comprar las placas solares en España y trasladarlas en el camión, pero finalmente la junta directiva de la asociación estimó que era más conveniente comprarlas a una empresa local, de manera que no sólo se llevase la luz a Ouzina sino que, además, el dinero repercutiese en una empresa del país. Las placas han sido instaladas recientemente y durante El Desierto de los Niños se realizará su inauguración oficial. Acto en el que, además, los niños que viajan en la expedición, deberán plantar unos árboles que rodeen la escuela, que servirán para recordar el día que la luz llegó a Ouzina.

Con muy poco puedes dar mucho
Otro de los proyectos que se realiza en esta octava edición de El Desierto de los Niños es la iniciativa “Con muy poco puedes dar mucho”, que ayuda a que niños españoles puedan comprobar que, juntando muchos apoyos, se puede conseguir una ayuda muy grande. El camión de El Desierto de los Niños, una semana antes de viaje, visita cuatro colegios madrileños en los que cada niño tiene que aportar un donativo voluntario para las escuelas del sur de Marruecos. Un pequeño donativo que pueden ser unos cuadernos, unos lápices de colores o unos bolígrafos. Una ayuda que, unida a la de todos los otros niños de los cuatro colegios, hace que el camión de El Desierto de los Niños se llene de material escolar. Los niños comprueban que juntando muchos pocos se consigue un mucho. Son los propios niños los que se encargan de llevar sus donativos hasta el llamativo camión 4x4 de Aquarius que acompaña a la expedición.

Material escolar
Todo este material escolar, junto con el que se va recopilando a lo largo de todo el año por la Asociación Desierto Niños, se traslada al sur de Marruecos para su distribución tanto en escuelas como en asociaciones locales. La peculiaridad de esta entrega de material es que la realizan los propios niños, los que viajan con la caravana, mano a mano con los niños de las escuelas en las que se reparte material.

Cuando se llega a las escuelas se forma una larga cadena de niños españoles y marroquíes desde el camión hasta el interior de los colegios, que va trasladando poco a poco el material escolar. Luego los niños tienen la oportunidad de visitar los colegios, acompañados por alumnos y profesores. Cada parada en una escuela se convierte en una pequeña fiesta.

Pero El Desierto de los Niños no regala sus donativos. A cambio del material se hace un trueque en forma de dibujos realizados por los niños marroquíes, que posteriormente se emplean para realizar una exposición, tanto con los dibujos de los niños como con fotografías realizadas por las personas que viajan en la expedición. Una exposición que se realiza en los meses posteriores al viaje.

Gafas en el desierto
La Fundación Alain Afflelou vuelve a estar presente en la caravana de El Desierto de los Niños, con una iniciativa para graduar la vista a los niños del desierto. En 2011 la graduación se hizo de manera itinerante, de manera que cada día el camión trasladaba los equipos para ir cambiando de escuela. Pero debido a la complejidad de cargar y descargar cada día los pesados aparatos necesarios, este año se empleará una fórmula diferente, consistente en crear un consultorio improvisado que funcionará durante tres días y por el que irán pasando chavales llegados de todos los pueblos y aldeas de la zona, que lo harán viajando en furgonetas locales.

En esta ocasión la Fundación Alain Afflelou llevará cinco ópticos, que serán los encargados de realizar las graduaciones. Además, el camión transporta toda la maquinaria y el material necesarios para fabricar gafas en mitad del desierto para los niños que tengan problemas de visión.

El Desierto de los Niños vuelve a viajar a Marruecos para que los más pequeños de la casa, acompañados por sus familias, puedan vivir una aventura que recordarán siempre y que les ayudará a comprender que a base de granitos de arena se pueden crear montañas de solidaridad.